miércoles, 29 de julio de 2009

Inseguridad, abuso y violencia: El caso de Milagros Patiño Villajuan

Es incontable la cantidad de profesionales en Ciencias Sociales que trabajamos de la mano con la inseguridad, el abuso y la violencia en nuestro país; lo sucedido con Milagros Patiño Villajuan, socióloga de 27 años, que fue torturada, violada y asesinada cruelmente en el distrito de Santillana en Ayacucho cuando realizaba encuestas a pobladores y autoridades de diversas comunidades con el fin de evaluar una posible instalación e implantación de telefonía rural para la empresa TELECOM S.A.C es una clara muestra de ello.

La gran mayoría de profesionales en Ciencias Sociales y sobretodo los recién egresados, bachilleres y titulados somos requeridos para trabajos en provincias realizando encuestas, entrevistas, talleres, proyectos, diagnósticos etc. Esto no estaría mal, si no fuera por las precarias condiciones laborales a las que somos sometidos y sobre todo cuando laboramos para la empresa privada, como por ejemplo: trabajar sin contrato, sin seguro que pueda cubrir riesgos, realizando viajes que no garantizan ningún tipo de seguridad personal, porque no existen referencias del lugar y ni siquiera un representante en la zona; situación lamentable que muchas veces aceptamos en medio de nuestra necesidad de ser reconocidos y adquirir un poco más de experiencia en el ejercicio de la profesión.

El caso de Milagros Patiño no distaba mucho de esta situación, ella como muchos de nosotros se arriesgó al trabajar para una empresa que no le ofreció firmar un contrato, que la mandó de viaje sola y le aseguró que la zona donde iba a trabajar era tranquila, ella aceptó trabajar en esas condiciones a cambio de una remuneración que le permitiera sustentar su licenciatura en abril, en un afán más de ser la profesional competitiva que el mundo de hoy requiere, pero su vehemencia juvenil y su espíritu batallador se ha visto ahora ensombrecido por la violencia de la que fue víctima y la irresponsabilidad de la empresa TELECOM S.A.C frente a los hechos.

La comunidad de profesionales en Sociología nos sentimos profundamente conmovidos e identificados con el caso, muchos de nosotros hemos realizado trabajos de este tipo y nos hemos expuesto tanto o más que Milagros, pero esto podría cambiar si el Estado tomara cartas en el asunto mejorando las condiciones laborales y protegiendo la vida de los profesionales que salen al campo; las inservibles normas laborales del Ministerio de Trabajo y su poca o casi nula fiscalización de la situación de los trabajadores en las empresas pueden seguir llevando a muchos otros más profesionales a la muerte.

En tanto, las empresas privadas deberían ser más responsables y respetuosas con la vida de sus trabajadores, sobre todo con aquellos que envían a trabajo de campo tomando las previsiones necesarias antes, durante y después del viaje para disminuir de esa manera los riesgos, por ello, sería sumamente importante que se les ofrezca un seguro que les permita cubrir los posibles riesgos, ser informados de manera veraz de la real situación de la zona donde se va a trabajar, no ser enviados solos a lugares apartados (mucho menos si son mujeres), es necesario que por lo menos haya un representante de la empresa o bien antes de llegar a la zona se establezca algún tipo de comunicación con las autoridades comunales, políticas de los ámbitos locales y provinciales para que estén al tanto de las actividades a realizarse y de la presencia del investigador, asimismo establecer una comunicación constante entre el trabajador y la empresa, lo que podría denominarse un sistema de monitoreo para prevenir cualquier contratiempo. No basta sólo con cubrir los pasajes, viáticos y estadía, hace falta un poco de responsabilidad social en las empresas tanto por dentro como por fuera.

Por suerte no todo está perdido en el caso de Milagros, las últimas informaciones revelan que el día ayer, jueves 12 de febrero, se realizó una vigilia convocada por sus compañeros en el frontis de la empresa, donde asistieron estudiantes, profesores y profesionales del Colegio de Sociólogos y que frente a la presión de los asistentes la compañía conversó con una delegación comprometiéndose a apoyar a la familia en lo posible (puesto que no habrían querido reconocer los gastos de sepelio, ni el entierro), nombrar un abogado en la localidad para que se prosigan con las investigaciones ya que el caso fue cerrado por falta de pruebas y por último la empresa anunció que se reuniría con los funcionarios del Gobierno y los familiares de Milagros en el Ministerio de Trabajo para tratar el tema.

La muerte de Milagros Patiño no quedará impune y de eso nos vamos a encargar todos los que nos sentimos profundamente apenados y consternados frente a tan execrable hecho. El día de hoy estuve revisando toda la información que hay en internet para escribir sobre este tema y no pude evitar revisar su página personal, en ella encontré algunas fotos y en cada una trate de hallar una respuesta a las innumerables preguntas que me hago día día frente a casos como este, para mi mala y buena suerte a la vez, en cada foto encontré una sonrisa noble, una mirada limpia, una imagen que proyectaba entusiasmo y alegría por vivir y ese haz de esperanza que nos envuelve a todos los sociólogos que creemos que gracias a lo que sabemos podemos cambiar el mundo. Me quedo con sus últimas palabras escritas hace 14 días en este espacio, cuando la vida no le fue arrebatada y soñaba con ser licenciada: “La mentira tiene las patitas muy cortas y el amor un corazón demasiado grande”.

http://www.periodismoenlinea.org/200902133387/Opinion/Inseguridad-abuso-y-violencia-El-caso-de-Milagros-Patino-Villajuan.html

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